Desvenida o Biempedida

“Ya ha comenzado la cuenta atrás, se acabará.

No es que no me importe,

Es que simplemente sé que lo hará.”

La primera estrofa de la canción “Despedida” de Izal. Son las primeras palabras que he decidido escoger para empezar a llenar este blog. Ya se que es raro dar la bienvenida a un blog con una canción que se llama “despedida”, pero lo raruno siempre me ha envuelto. Así que, ¿por qué no?

Al fin y al cabo, abrir este blog para mí en cierto modo es despedirme del miedo a escribir. Del miedo a empezar a emplear mi tiempo en algo que verdaderamente me apasiona y me entusiasma. Apasiona. Entusiasma. Esas palabras siempre me hacen sonreír cada vez que las uso, porque me recuerdan a la forma en las que las usaba cierto profesor que tuve en la universidad cuando nos intentaba transmitir toda la pasión que sentía por lo que nos enseñaba.  Mis amigos y yo nos descojonábamos cada vez que las decía. Pensábamos que era un pringado y un flipado. Ahora, en cierta forma, le envidio. Él disfrutaba dándonos esas clases.

Nunca he tenido claro qué quería hacer con mi vida. Desde siempre he estado atraído a lo artístico, a las diversas formas de ser creativo. Pero claro, soy una de esas muchas personas que se han dejado llevar por “lo que da dinero”. Y aquí estoy: con treinta años, un sueldo mediocre y aguantando un trabajo que me lastra cada vez más. 

La idea de escribir siempre me ronda la cabeza. Nunca ha dejado de hacerlo. Pero no ha sido hasta que una pandemia ha puesto todo patas arriba que me he terminado de dar cuenta de que lo que te ronda la cabeza no te hace feliz.  

Lo reconozco, tengo miles de ideas y cero experiencia en ejecutarlas correctamente para que se conviertan en algo que a la gente le apetece leer. Mi círculo cercano no sabe que me gustaría dedicarme a la escritura. No hablo de esto públicamente con nadie desde que en la adolescencia me llevé algunos chascos presentando relatos a los concursos del colegio. ¿Pero y qué? Llevo meses documentándome, leyendo y aprendiendo sobre todo lo que implica dedicarte profesionalmente a la escritura. Y eso solo ha hecho tener más ganas de hacerlo. Se que esto es un gran reto, que hay mucha gente super pro que no lo consigue.

Aún así, lo hacemos y ya vemos.

No sé muy bien qué decirte sobre lo que va a ofrecerte este espacio. Sólo espero que me sirva de ventana al mundo, y que me motive a escribir todos los días. Quizás lo use para dejar por escrito las impresiones de mis lecturas (algo que siempre he querido hacer), para colgar algo de mi propia cosecha, o simplemente para contar cómo me siento a lo largo de esta aventura. 

Si a la vez consigo entretener a alguien, ya sería la leche. 

Espero que nos leamos muy pronto. Hasta la próxima,

Nanié Martía.

Suena: A ver qué pasa – Rigoberta Bandini.

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